Santa Catalina: Virgen de Canchillas


Luego de conocer la Laguna Colorada, volví a quedarme en La Quiaca.  La idea era ir al día siguiente a conocer la celebración de la Virgen de Canchillas en Santa Catalina.
Bandas de Sikuris en la celebración de la Virgen de Canchillas

Me fui a desayunar al Mercado de La Quiaca, sobre todo porque me habían dicho (en realidad la chica que atendía en la Casa del Marqués de Yavi, cuando le pregunté por información sobre los petroglifos de la Laguna Colorada) que en el puesto 1 de venta de api la señora vende unos libros de su yerno, el Profe Mario Tolaba, maestro rural que con los relatos de sus alumnos recopiló leyendas de la zona.  Muuuy lindos libros, me los devoré (en uno de ellos creó un superhéroe puneño, El Super Ojota, que habla con el Cóndor y el Coquena, y en otro son relatos sobre la zona, re linda la leyenda sobre el origen de los Cerros Ocho Hermanos y la Laguna Colorada).  Ahí probé tojorí, parecido a la mazamorra; al api lo había probado en Bolivia y me resulta demasiado fuerte, finalmente tenemos estómagos "occidentales"...

Por la tarde tomé el colectivo a Santa Catalina, uno de los poblados más al norte del país, más que La Quiaca y más alto (3800 msnm).  Tan alto que ahí nomás en el pueblo se ven vicuñas pastando...  Me alojé en la Hostería Municipal, justo al lado de la iglesia, ¡buenísimo!  Yo quería ir porque el 15 de agosto, como en Casabindo, (en realidad es una celebración de la liturgía católica que celebra la Asunción de la Virgen) celebran la fiesta patronal de la Virgen de Canchillas.
Santa Catalina
vicuñitas en Santa Catalina
Santa Catalina
Santa Catalina
Detalle de la Iglesia de Santa Catalina

A la tardecita del 14 ya se veían montones de tola (los arbustos que crecen en la puna) en la calle, frente a la iglesia, con los que a la noche se alimentaban las fogatas, único modo de sobrellevar el tremendo frío que hacía.  Muy emocionante ver a las bandas de sikuris (los que tocan los sikus) entrar tocando a la iglesia ¡arrodillados!.  Comentaban que hay bandas de sikuris de niños y de adultos pero casi nada de adolescentes porque les da vergüenza y dejan de tocar.  

Al salir de la iglesia, las bandas de sikuris se quedaban tocando en la calle y la gente bailaba a su alrededor, un ambiente alegre, festivo pero no estridente.  Mientras, delante de la puerta de la iglesia se hacía el Baile del Torito (increíble lo compenetrados que estaban el señor que hacía de torito y los dos nenes que eran los caballitos, evidentemente no era para ellos una diversión sino una promesa, una ofrenda). 
Santa Catalina: Sikuris entran tocando arrodillados en la celebración de la Virgen de Canchillas



Santa Catalina: Baile del Torito en la celebración de la Virgen de Canchillas


Baile afuera de la iglesia, al son de las bandas de sikuri, en la Víspera de la Virgen de Canchillas
Santa Catalina: Sikuris entran tocando arrodillados en la celebración de la Virgen de Canchillas

Al día siguiente al mediodía se hizo el acto oficial con la presencia del alcalde de Mojinete, la localidad boliviana vecina, con quien acordaron hacer en la frontera una feria de trueques con los productos de cada poblado.  Luego se hizo la procesión de la Virgen por el pueblo (¡hasta el diablo iba en la procesión!) y cuando se volvió a la iglesia las imágenes quedaron en la puerta y frente a ellas se hizo la "cuarteada", un baile-ofrenda en parejas donde cada pareja lleva una mitad de cordero (muerto, desde ya) y luego con un vaivén golpean fuerte contra el suelo para que se rompa y quedarse cada uno con un cuarto. Impactante...
Santa Catalina: procesión del 15 de agosto la Virgen de Canchillas
El Diablo y la Virgen en la procesión
Cuarteada en la Virgen de canchillas
  


Cuarteada en la Virgen de canchillas


Después, todos al Comedor de la Muni que había Almuerzo Comunitario aunque no tuve tiempo de la comilona porque se me iba el cole de vuelta a La Quiaca (después me enteré de que en Santa Catalina la fiesta siguió otro día más!).

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Sobre Vicky Yened

Hace unos 15 años que descubrí la Quebrada y Puna. Fue un flash... tremendos paisajes con cerrazos coloridos, cóndores, llamas, vicuñas, cardones, que desde hace miles de años moldean un hábitat sencillo y estremecedor... pero lo que más me impactó es la cultura viva que aun se mantiene y conmueve... la Pachamama siempre presente, las chayadas, las apachetas, las ofrendas, las rondas de coplas... Así que ahí ando, cada vez que puedo me hago escapaditas revitalizantes.

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